Ahora, todos aquellos que no han tenido posibilidad de visitar la Ciudad del Vaticano y de disfrutar de la belleza de la Capilla Sixtina (también conocida como Capilla Paladina), gracias al trabajo realizado por la Universidad de Villanova, un trabajo que ha tardado más de tres años es estar disponible para el público, es posible realizar una visita virtual por la Capilla Sixtina, uno de los mayores tesoros artísticos de los muchos que atesora la Iglesia Católica.
La Capilla Sixtina es considerada como la obra culmen del periodo renacentista, pero son muchos los expertos que afirman que, además, se trata del súmmum supremo de las artes. En la página web referenciada, todos los lectores de cuadros y lienzos podréis disfrutar de una visión de la Capilla Sixtina en forma de viaje virtual con vistas de 360 grados, sólo tendréis que esperar a que se cargue la vista y moveros a través de toda la amplitud de la Capilla Sixtina haciendo clic con el ratón. Sin necesidad de contratar un caro viaje a Roma tendréis la posibilidad de disfrutar de los frescos y obras de arte de esta famosa sala del Vaticano.
El nombre de Capilla Sixtina le viene dado por el Papa Sixto IV que llevó a cabo su proyecto de construcción entre los años 1471 y 1484. Se trata uno de los más conocidos tesoros artísticos de la Ciudad del Vaticano, siendo el arquitecto encargado de su construcción Giovanni d'Dolci. Es la sala del Vaticano en la que se celebran los cónclaves y algunas ceremonias oficiales como las coronaciones papales.
La fama de la Capilla Sixtina le viene dada por la magnitud y la gran belleza de los frescos que decoran sus paredes y techos. La mayoría de las pinturas son obras de Miguel Ángel (Michelangelo Buonarroti) aunque las escenas situadas en los laterales de la nave fueron realizadas por otros artistas como Sandro Botticelli, Perugino, Pinturicchio, Luca Signorelli y Ghirlandaio.
Las pinturas al fresco que surgieron de la mano de uno de los mayores genios del renacimiento, Miguel Ángel, fueron realizadas durante el papado de Julio II. Miguel Ángel pintó el techo entre los años 1508 y 1512, incluyendo las conocidas escenas del Génesis y La creación de Adán. Posteriormente, entre los años 1535 y 1541, el mismo artista se encargó de embellecer la pared sobre el altar mayor en la que aparece una representación del Juicio Final o Juicio Universal, a mi entender la obra más increíble de Miguel Ángel.
Como notas curiosas señalaré que la bóveda de la Capilla Sixtina, hasta la intervención de Miguel Ángel, estuvo decorada con un cielo raso de estrellas doradas sobre un fondo azul (simbología que representa al manto de la Virgen), obra de Pier Matteo d'Amelia. Asimismo, a pesar de que se trata de una de las obras de arte más bellas del mundo, el hecho de que las figuras estuviesen desnudas escandalizó a algunos representantes de la Iglesia y, una década después, Daniele da Volterra ('Il Braghettone) recibió el encargo de dotar de taparrabos a todas las figuras desnudas.
Otro aspecto curioso del fresco del ábside que preside la Capilla, es decir, de la pintura del Juicio final, es la existencia de dos "mensajes ocultos", por un lado el autorretrato de Miguel Ángel (que aparece a los pies del Cristo triunfante) y por otro la ridiculización del cardenal Biagio de Cesana (un anciano con enorme nariz y orejas de asno que aparece en la esquina inferior derecha padeciendo los tormentos del infierno).
En los laterales y a lo largo de la Capilla Sixtina se encuentra una sucesión de frescos que representan la vida de Moisés (La muerte de Moisés de Signorelli, El castigo de Cores de Sandro Botticelli, Episodios de la vida de Moisés de Cósimo Rosselli, El Paso del Mar Rojo de Cósimo Rosselli, Moisés y las hijas de Jetro de Botticelli, y El Viaje de Moisés a Egipto de Pinturicchio y el Perugino), y la vida de Cristo (El Bautismo de Cristo de Pinturicchio, La Tentación de Cristo de Sandro Botticelli, La Llamada de los Apóstoles de Ghirlandaio, En el Sermón de la montaña de Cósimo Rosselli, Cristo entregando las llaves a San Pedro de Perugino, y La Cena de Cósimo Rosselli).
La Capilla Sixtina fue restaurada entre los años 1980 y 1994 y, desde esa fecha, al haber desaparecido la capa de humedad, humo y grasa que oscurecía los frescos allí representados, podemos disfrutar de los verdaderos colores de las pinturas, unos colores vivos donde destacan los claroscuros.
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