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Miniaturas en el Museo del Prado (pintura miniaturista)

Retrato miniatura de María Gabriela de Palafox y Portocarrero, marquesa de Lazán, por José Alonso del Rivero, 1805
En cuadros y lienzos estamos seguros de que muchos de vosotros desconocéis que el Museo del Prado dispone de una interesante colección de miniaturas (obras de arte pictórico de pequeño formato). El caso es que hasta el 26 de febrero de 2012 es posible disfrutar de una parte representativa de la mencionada colección, la exposición abierta al público incluye tres pequeños retratos y treinta y seis miniaturas (no obstante conviene mencionar, que la colección completa está formada por dieciséis pequeños retratos y ciento sesenta y cuatro miniaturas).

Las miniaturas que se pueden ver en el Museo del Prado están pintadas al gouache o temple sobre tablillas de marfil, vitela, óleo sobre cobre, porcelana o papel. Los joyeles con miniaturas pintadas eran utilizados antiguamente por los monarcas como regalo para emisarios extranjeros y embajadores con motivo de su proclamación como rey, su matrimonio o por la firma de acuerdos, tratados y convenios diversos. Las miniaturas también se utilizaban para reconocer el cumplimiento de misiones y las buenas acciones de guerra. No obstante, la mayoría de las miniaturas se encargaban en el ámbito privado y representaban retratos y pinturas de la vida familiar.

En España, el desarrollo verdadero de la pintura miniaturista no empezó hasta el siglo XVIII. Hasta ese momento la función que tenían las miniaturas en otras cortes europeas, en España era desempeñada por los retratos de pequeño formato (conocidos en aquella época como retratos de faltriquera o retraticos), de estos retraticos se pueden ver tres en la exposición objeto de este artículo.

Técnicas pictóricas miniaturistas

Retrato miniatura de Isabel II, reina de España, por Juan Pérez de Villamayor, 1863
La colección de miniaturas del Museo del Prado ofrece una gran variedad de técnicas pictóricas, y, aunque la mayor parte de las miniaturas están realizadas sobre tablillas de marfil, también se conservan algunas realizadas sobre vitela, óleo sobre cobre, esmalte sobre cobre, papel o porcelana. Además, también existen algunas miniaturas en las que se han utilizado emulsiones fotográficas y soportes plásticos para abaratar su coste y facilitar su realización.

La miniatura sobre marfil empezó a ver la luz en el siglo XVIII, una técnica que, aunque dependiendo de la época y la nacionalidad del artista ofrece estilismos, es esencialmente la misma. Los tratados antiguos la describen como pintura al guache, término que engloba las policromías de base acuosa sobre láminas de marfil. Estas tablillas de marfil se fabrican cortando el colmillo longitudinalmente, por lo que el ancho máximo lo determinaba el diámetro de dicho colmillo.

La técnica pictórica de las miniaturas sobre marfil empieza con la realización de un dibujo preparatorio. Durante las labores de restauración se han encontrado algunos hechos a lápiz y otros con pincel, siendo estos últimos muy difíciles de detectar al quedar mimetizados con la pintura final.

Todas las miniaturas de la colección del Museo del Prado están enmarcadas, aunque muchos de los marcos no son originales. Estos marcos son imprescindibles para garantizar una buena conservación de las miniaturas.

Miniaturas incluidas en la exposición

En nuestra opinión, la calidad de algunas de las miniaturas de la exposición es excepcional. Como botón de muestra os dejamos las fotografías de tres de ellas y el listado completo de miniaturas de la exposición, una exposición que no debéis dejar de visitar si os pasáis por el Museo del Prado antes del 26 de febrero.

Grupo de los pequeños retratos o retraticos

Carlos V, emperador.
Escuela española, 1540.
Óleo sobre tabla, 6,87 cm de diámetro.

Mariana de Austria, reina de España.
Escuela española, 1655.
Óleo sobre cobre, 220 x 150 mm.

Juana Galarza de Goicoechea.
Francisco de Goya y Lucientes, 1805.
Óleo sobre cobre, 81 mm de diámetro.

Grupo de miniaturas del siglo XVIII y comienzos del XIX

Retrato de mujer.
Genaro Boltri, 1780.
Gouache sobre marfil, 39,7 x 32 mm.

Mariano Luis de Urquijo.
Guillermo Ducker, 1799-1800.
Gouache sobre marfil, 6 cm de diámetro.

Retrato de mujer.
Guillermo Ducker, 1804.
Gouache sobre marfil, 70 mm de diámetro.

Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pacheco, IX duque de Osuna.
Guillermo Ducker, 1805.
Gouache sobre marfil, 78,6 x 56,4 mm,

Retrato de hombre.
Guillermo Ducker, 1810.
Gouache sobre marfil, 7,6 x 54,8 mm.

María Tomasa de Palafox y Portocarrero, marquesa de Villafranca y duquesa de Medina Sidonia.
José Alonso del Rivero, 1805.
Gouache sobre marfil, 77 x 57 mm.

María Gabriela de Palafox y Portocarrero, marquesa de Lazán (ver primera foto).
José Alonso del Rivero, 1805.
Gouache sobre marfil, 73,5 x 58 mm

Luis Rebolledo Palafox y Melzi, marqués de Lazán.
José Alonso del Rivero, 1805.
Gouache sobre marfil, 148 x 118 mm.

Retrato de hombre.
José Alonso del Rivero, 1810.
Gouache sobre marfil, 69,1 x 52 mm.

Abanico de boda.
Luis Eusebi, 1790.
País pintado a la gouache sobre piel de cisne; varillaje de marfil con aplicaciones de madreperla, 24 x 44,5 cm.

Retrato de hombre.
Cástor González Velázquez, 1820.
Gouache sobre marfil, 68 x 47 mm

María Tomasa de Silva y Palafox, marquesa de Ariza.
José de Roxas y Pérez de Sarrio, 1815.
Gouache sobre marfil, 98,9 x 84,4 mm.

María Isabel de Borbón y Borbón-Parma, infanta de España y reina de las Dos Sicilias.
Jean- Jacques Guillaume Bauzil, 1806.
Gouache sobre marfil, 58,1 x 13,2 mm.

Retrato de hombre.
Manuel Antonio Caro, 1815.
Gouache sobre marfil, 56,5 x 43 mm

Luisa Carlota de Borbón-Dos Sicilias y Borbón, infanta de España.
Luis de la Cruz y Ríos, 1830.
Gouache sobre marfil, 244 x 204 mm (se trata de la pieza de marfil más grande de la colección de miniaturas del Prado).

Retrato de mujer.
Florentino Decraene, 1835.
Gouache sobre marfil, 45,7 x 36,5 mm.

Retrato de mujer.
Florentino Decraene, 1840.
Gouache sobre marfil, 87,7 x 59 mm.

Retrato de hombre.
Florentino Decraene, 1840.
Gouache sobre marfil, 46,2 x 37 mm.

Ramón de Navarrete y Fernández Landa.
Cecilio Corro, 1844.
Gouache sobre marfil, 35 x 30 mm.

Retrato de hombre.
Cecilio Corro, 1845.
Gouache sobre marfil, 53 x 45 mm.

Retrato de hombre.
Antonio Tomasich y Haro, 1845.
Gouache sobre marfil, 68 x 56 mm.

Magdalena Haro.
Antonio Tomasich y Haro, 1871.
Gouache sobre marfil, 46,7 x 36,6 mm.

Isabel II, reina de España (ver segunda foto).
Juan Pérez de Villamayor, 1863.
Gouache sobre marfil, 48,1 x 34,9 mm.

San Miguel derribando al demonio.
Manuel Arbós y Ayerbe, 1865.
Gouache sobre cartulina, 514 x 319 mm.

Retrato de hombre.
Anónimo inglés, 1800.
Gouache sobre marfil, 77,1 x 61,6 mm.

William Greville, VII barón de Brooke.
Christian Friedrich Zincke, 1725.
Pintura sobre esmalte, 55,3 x 41,5 mm.

Retrato de hombre.
Jean Daniel Welper, 1760.
Temple sobre vitela, 36,4 x 31,6 mm.

Retrato de mujer.
André Claude Martin Lefévre d`Orgeval, 1771.
Temple sobre vitela, 53 x 55,8 mm.

Hans Axel von Fersen.
Niclas Lafrensen, 1784.
Gouache sobre marfil, 56 x 46 mm.

Pareja de retratos de mujeres.
Charles Guillaume Alexandre Bourgeois, 1800.
Gouache sobre marfil, 55 mm de diámetro.

Retrato de una niña.
Charles Joseph de la Celle, Chevalier de Chateaubourg, 1807.
Gouache sobre marfil, 66,6 mm de diámetro.

Retrato de mujer.
André Léon Larue, llamado Mansion, 1815.
Gouache sobre marfil, 115 x 93,2 mm.

Francisco I, emperador de Austria (ver tercera foto).
Heinrich Friedrich Füger, 1790.
Gouache sobre marfil, 40,9 x 28,5 mm.

Retrato de hombre.
Círculo de Heinrich Friedrich Füger, 1795.
Gouache sobre marfil, 93 x 74,8 mm.

Francisco José I, emperador de Austria.
Moritz Michael Daffinger, 1840.
Gouache sobre marfil, 142,2 x 114 mm.

Retrato de mujer.
José Joaquim Rodrigues Primavera, 1828.
Gouache sobre marfil, 84 x 71,8 mm.

María Carolina de Borbón-Dos Sicilias, condesa de Montemolín.
Floriano Pietrocola Anelli, 1850.
Gouache sobre marfil, 101 x 122 mm.

Proceso de restauración de las miniaturas

Retrato miniatura de Francisco I, emperador de Austria, por Heinrich Friedrich Füger, 1790
Cuando desde el Museo del Prado se decidió abordar la restauración de la colección de miniaturas, el objetivo era garantizar su correcta conservación, por lo que no se realizaron reintegraciones ni cromáticas ni de material. La intervención se dirigió a estabilizar las obras a través de la supresión de productos y materiales que estaban afectando a su conservación, es decir, a la eliminación de adhesivos, cartones o marcos que producían tensiones o degradaciones.

La restauración de la colección de miniaturas ha permitido garantizar la conservación de estas obras de arte mientras se mantengan en ambientes estables y certificar dicha estabilidad. Conviene mencionar que actualmente se considera inapropiado realizar tratamientos antiguos como blanqueamientos del marfil, reintegraciones cromáticas o lijados para eliminar manchas, ya que este tipo de actuaciones ocultan la obra impidiendo en muchos casos recuperar la pintura original.

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