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Francisco de Goya y Lucientes, anécdotas y curiosidades sobre "La maja desnuda" y otras obras

En la España de la Inquisición resultaba raro y hasta algo peligroso pintar a una mujer desnuda, pero Francisco de Goya y Lucientes (1746–1828) no era una persona que se intimidara con facilidad y decidió pintar uno de sus óleos sobre lienzo más famosos, La maja desnuda. Este en aquella época polémico cuadro, una de las más célebres obras de Francisco de Goya, está rodeado de un buen número de anécdotas y curiosidades.

Francico de Goya y Lucientes, autorretrato

La primera de ellas es que hay quien cree que la modelo del cuadro fue María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, duquesa de Alba, de la que se dijo que tuvo un romance con el pintor. Otro de los rumores que rodean al cuadro es que Goya tomó la fama de pintor rápido a raíz de pintar este óleo. Se dice que, mientras Goya lo pintaba, alguien informó al marido de la duquesa de Alba, José Álvarez de Toledo y Gonzaga, de que éste estaba pintando un retrato de su mujer desnuda. El ofendido marido acudió al día siguiente al estudio del artista, pero una vez allí, lo único que pudo ver fue el retrato de su mujer… totalmente vestida. La leyenda señala que Goya, alertado de que el marido de la duquesa había sido informado de que la estaba representando sin ropa, pintó el cuadro de La maja vestida en esa misma noche, sobreponiéndolo al óleo de la primera pintura.

En realidad, La maja desnuda es una obra de encargo pintada antes de 1800, en un periodo que estaría entre 1790 y 1800 (el marido de la duquesa de Alba falleció en 1796, otro punto que parece desmentir la leyenda anterior), fecha de la que se tiene la primera referencia documentada de esta obra. La maja vestida sería una obra posterior, pintada entre 1802 y 1805.

El cuadro de La maja desnuda fue también conocido en la época de Goya como La gitana, y, desde luego, no se trata de un desnudo mitológico, sino del de una mujer contemporánea a Goya.

La maja desnuda de Francisco de Goya, óleo sobre lienzo, 98 × 191 cm
La maja desnuda de Francisco de Goya
(óleo sobre lienzo, 98 × 191 cm)

Por otro lado, según señala el historiador Robert Hughes, lo más probable es que la modelo fuera Pepita Tudó, amante y posterior esposa del que estuvo al frente del Gobierno de España entre 1801 y 1808, Manuel Godoy, y que ambos cuadros fueran pintados a requerimiento de este último, pues consta fehacientemente que ambos cuadros formaron parte de un gabinete de su casa, siendo su primer propietario conocido.

Se sabe que en el mencionado gabinete de la casa de Manuel Godoy, La maja vestida se hallaba colocada sobre La maja desnuda, y que este último cuadro sólo se podía ver mediante el accionamiento de un mecanismo.

La maja vestida de Francisco de Goya, óleo sobre lienzo, 95 × 190 cm
La maja vestida de Francisco de Goya
(óleo sobre lienzo, 95 × 190 cm)

Otros hechos que parecen descartar que el retrato fuese de la duquesa de Alba, son las diferencias que se perciben en el rostro con respecto a otros retratos existentes de la misma, así como la circunstancia de que el aspecto de la maja es diferente, siendo ésta más baja y de formas más redondeadas que la duquesa.

En 1807, La maja desnuda pasó a manos de Fernando VII que se la requisó a Godoy, y en 1814, la Inquisición decidió depositarla en una sala reservada de la Real Academia de San Fernando, fuera de la vista del público, al clasificar la obra de obscena y atrevida. La Inquisición también inició un juicio contra Goya, del que éste logró salir absuelto gracias al apoyo del cardenal don Luis María de Borbón y Vallabriga.

Fue en 1910 cuando ambos óleos sobre lienzo se llevaron al Museo del Prado.

Curiosidades de Francisco de Goya y Lucientes

Goya, como buen artista, era un hombre apasionado y de carácter algo violento, de constitución fuerte, estatura media, facciones rudas, moreno, de grandes ojos negros y espesas cejas.

En su juventud contrajo una grave enfermedad del oído, lo que terminó derivando en una sordera total en los últimos años de su vida.

Tenía una gran personalidad que le llevó a forjar amistades en todos los ámbitos de la sociedad, desde modestos trabajadores hasta ilustres aristócratas.

Le gustaba tocar la guitarra y tenía buenas dotes para el baile.

Dominaba el arte de la esgrima, le gustaban los deportes y era muy aficionado a los toros y la tauromaquia.

Era un pintor muy rápido. Para realizar sus cuadros utilizaba pinceles, espátula, dedos, e incluso la parte posterior de una cuchara.

Dos de sus obras más conocidas las pintó en 1814, cuando ya tenía más de sesenta y ocho años de edad, estamos hablando de Los fusilamientos del tres de mayo (también conocido como El tres de mayo de 1808 en Madrid) y La carga de los mamelucos en la Puerta del Sol (también conocido como El dos de mayo de 1808 en Madrid). De esta manera consiguió plasmar en el lienzo lo que el denominó en su día: “Las más notables y heroicas acciones o escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el tirano de Europa”.

La carga de los mamelucos en la Puerta del Sol o El dos de mayo de 1808 en Madrid de Francisco de Goya, óleo sobre lienzo, 266 × 345 cm
La carga de los mamelucos en la Puerta del Sol de Francisco de Goya
(óleo sobre lienzo, 266 × 345 cm)

El primer retrato infantil que realizó Goya fue El Retrato del Infante don Luis de Borbón y Villabriga, pintado en el verano de 1783. Este cuadro fue adquirido en 2006 por el Gobierno de Aragón por 10 millones de euros.

Goya, por encargo de Fernando VII, pintó un retrato al duque de Wellington, en aquel momento general que capitaneaba la ayuda inglesa a España en la Guerra de la Independencia. Se dice que cuando el duque lo vio acabado, le pidió a Goya que lo retocase, hecho que encolerizó al pintor hasta el puto de coger una espada e intentar atacarle, cosa que evitaron las personas presentes.

El duque de Wellington de Francisco de Goya, óleo sobre lienzo, 60 × 51 cm
El duque de Wellington de Francisco de Goya
(óleo sobre lienzo, 60 × 51 cm)

Goya fue uno de los primeros accionistas del Banco Nacional de San Carlos (1782-1829), el primer precedente del actual Banco de España.

Nunca se ha podido demostrar que Goya tuviese un romance con la duquesa de Alba, pero lo que si se cree que es cierto es que estuvo enamorado de ella como parece demostrar su obra Duquesa de Alba vestida de negro, en la que la aristócrata aparece señalando a un lugar de suelo donde puede leerse ”Sólo Goya 1797”.

La duquesa de Alba vestida de negro de Francisco de Goya, óleo sobre lienzo, 210 × 149 cm
La duquesa de Alba vestida de negro de Francisco de Goya
(óleo sobre tela, 210 × 149 cm)

Dos pinturas atribuidas a Goya, La Sagrada Familia (óleo sobre lienzo, 63,5 x 51,5 cm) y Tobías y el Ángel, fueron halladas en 2003 en la casa de una familia madrileña donde colgaban en las paredes de la misma como cuadros aparentemente sin valor. Ambos lienzos fueron presumiblemente pintados hacia 1787 ó 1788 y son de temática religiosa. Los cuadros fueron adquiridos por el Estado y ahora pueden verse en el Museo del Prado.

Tobías y el Ángel de Francisco de Goya, óleo sobre lienzo, 63,5 x 51,5 cm
Tobías y el Ángel de Francisco de Goya
(óleo sobre lienzo, 63,5 x 51,5 cm)

El 8 de noviembre de 2006, durante su traslado desde el Museo de Arte de Toledo (Ohio) al Guggenheim de Nueva York para una exposición de pintura española, fue robado el cuadro de Goya Niños del carretón. La pintura, asegurada en algo menos de un millón de euros pero de un valor real mucho mayor, fue recuperada al poco tiempo por el FBI.

Niños del carretón de Francisco de Goya, óleo sobre lienzo, 145,4 × 94 cm
Niños del carretón de Francisco de Goya
(óleo sobre lienzo, 145,4 × 94 cm)

El cuadro surrealista de Goya El toro mariposa, fue subastado en diciembre de 2006 por la casa Christie´s y comprado por el Ministerio de Cultura español por 1,9 millones de euros, alcanzando el galardón de ser el dibujo sobre papel más caro del artista.

El toro mariposa de Francisco de Goya, dibujo sobre papel, 19 × 15 cm
El toro mariposa de Francisco de Goya
(dibujo sobre papel, 19 × 15 cm)

Y para terminar os dejo algunas frases famosas de Francisco de Goya y Lucientes:

  • Nunca se escapa lo que se quiere dejar coger.
  • La fantasía, aislada de la razón, sólo produce monstruos imposibles. Unida a ella, en cambio, es la madre del arte y fuente de sus deseos.
  • El sueño de la razón produce monstruos.
  • Todavía estoy aprendiendo (escrito en un dibujo que hizo a los ochenta años).
  • El tiempo también pinta.

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