
En mi recorrido por los cincuenta y un expositores de la feria pude ver piezas de arqueología, pinturas clásicas y contemporáneas, y joyas antiguas, así como muebles, vestidos, objetos de decoración y libros antiguos. Las piezas más baratas se podían comprar por tan sólo 50 euros. También había obras de arte y antigüedades de gran valor, como una pintura del pintor mallorquín Miquel Barceló de la década de los ochenta, un lienzo del pintor catalán Antoni Tapies de los años cincuenta, y una pulsera con diamantes de estilo Art Decó valorada en unos cien mil euros.
También pude disfrutar de algunos objetos realmente curiosos como el morro de un tiburón tigre transformado en obra de arte, una caja de caudales del siglo XVI, una mandolina labrada del siglo XVII, un par de conjuntos de muebles franceses y suecos de los siglos XVIII y XIX, un camisón del siglo XIX, una muñeca alemana de principios del siglo XX, un hipopótamo Art Decó de lo más original, y una escultura china del siglo XIX que representaba a un dragón. Por cierto, no todo era antiguo en la feria, algunos expositores exhibían piezas bastante modernas y vanguardistas.
Desde luego, si os gusta el arte y las antigüedades, y queréis pasar un rato entretenido, os aconsejo que os acerquéis por el Palacio de Congresos de Madrid, lugar donde está teniendo lugar la feria. Todavía estáis a tiempo ya que el evento termina este domingo 9 de noviembre.
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