El Museo de Bellas Artes de Sevilla acoge una magnífica exposición monográfica sobre el pintor Juan de Roelas (1570-1625), de la que los sevillanos podrán disfrutar hasta el 15 de febrero de 2009. La muestra consta de treinta pinturas procedentes de los fondos de la propia pinacoteca, de otros museos como el Museo Nacional de Escultura de Valladolid, y de iglesias como la Catedral de Las Palmas de Gran Canaria y el Colegio de San Miguel de Valladolid.La exposición tiene su núcleo central en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, pero el recorrido expositivo no acaba ahí, ya que algunas de las obras pictóricas del artista sevillano, debido a la imposibilidad para trasladarlas por sus dimensiones y por formar parte de retablos, estarán localizadas en sus ubicaciones originales, es decir, en la Catedral de Sevilla, en la Iglesia de la Anunciación y en la Parroquia de San Isidoro.
Alguna de las obras expuestas vienen acompañadas de una importante labor de restauración. Gracias a esta labor se puede disfrutar en su plenitud de obras como "La resurrección de Santa Leocadia" (pintada en 1620 y procedente del Hospital del Niño Jesús de Madrid), "Alegoría de la Inmaculada Concepción" (procedente del Museo Nacional de Escultura de Valladolid) o "La venida del Espíritu Santo" (del propio Museo de Bellas Artes de Sevilla). En este aspecto cabe señalar que es una pena que el Palacio de Medina Sidonia se haya negado a ceder para la exposición las obras pictóricas que posee de Roelas, alrededor de veinte, ya que se podía haber aprovechado la ocasión para restaurarlas.
Juan de Roelas, sevillano de pro, no era natural de Sevilla, sino de origen flamenco. Si se le otorga el origen sevillano es porque en 1604 obtuvo una prebenda del Conde Duque de Olivares y allí, en Olivares, cerca de Sevilla, realizó y pintó varios cuadros de grandes dimensiones para diversas iglesias: en 1606 pintó la "Circuncisión" y el "Martirio de San Andrés", y en 1613 el "Tránsito de San Isidoro". Su figura como pintor no es muy conocida, ya que fue eclipsado por la notoriedad de pintores de la época como Velázquez, Murillo, Zurbarán o Valdés Leal. No obstante, y a pesar de que tras su traslado a Madrid no consiguió llegar a pintor del Rey y tuvo que regresar a Olivares, se trata de un pintor claramente representativo de la pintura barroca sevillana y uno de la predecesores de la escuela hispalense.La obra de Roelas, por su colorido cálido y su sentido equilibrado, muestra claras influencias de la Escuela veneciana (Veronés y Tintoretto). Sus cuadros y obras incorporan efectos de luz de influencia Bassanista (Manierismo) que hacen que sus pinturas sean fácilmente reconocibles. También fue un fantástico retratista de la vida cotidiana, llegando a incorporar en sus composiciones sobre temas sagrados elementos de la vida diaria, aspecto por el que recibió duras críticas del pintor sevillano de la época Francisco Pacheco. A Roelas se le debe el empleo generalizado del formato manierista de cuadro de altar dividido en dos mitades yuxtapuestas, donde la mitad superior refleja el mundo divino, y la mitad inferior representa el mundo terrenal. Juan de Roelas es, sin duda, un pintor muy importante en el tránsito del Manierismo romanista al Naturalismo tenebrista que anuncia el Barroco a principios del siglo XVII.
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