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Joven de Perfil o La Bella Principessa de Da Vinci (las huellas dactilares de Leonardo)

Todo el mundo sabe que la obra artística del pintor renacentista Leonardo Da Vinci siempre ha estado rodeada de un halo de misterio, ahora lo tenemos de nuevo en el candelero ya que gracias a la novedosa técnica de análisis multiespectral, que muestra las sucesivas capas de una pintura, han descubierto su huella dactilar en un cuadro, titulado Joven de Perfil con Vestido del Renacimiento, atribuido inicialmente a un artista alemán del siglo XIX. Además, análisis adicionales realizados utilizando la técnica del carbono-14 han datado la obra entre los años 1440 y 1650, lo cual confirma también el más que probable origen del cuadro.

Huella dactilar en La Bella Principessa de Leonardo Da Vinci, pergamino en tiza y tinta

La pintura se trata de un pergamino de tan sólo 33 centímetros de alto por 23 de ancho, dibujado con tizas y tinta, siendo la única obra de Da Vinci sobre este material aunque, ciertamente, el pintor italiano estuvo interesado en esta técnica a finales del siglo XV, existiendo constancia de haber preguntado sobre la misma al pintor francés Jean Perréal. La obra muestra el busto de una mujer de perfil, cuyo peinado y vestido se corresponden con la moda de Milán de finales del siglo XV. Con sólo contemplar la obra, resulta patente que tanto por la técnica como por el estilo, Da Vinci podría ser perfectamente su autor.

La misteriosa huella dactilar del dedo índice o medio de Da Vinci ha sido localizada en el borde superior izquierdo del cuadro (ver recuadro en foto) y tiene una gran parecido con otra huella localizada en otra de sus pinturas, San Jerónimo, conservada en la Pinacoteca del Vaticano. Esta otra obra del famoso pintor renacentista fue pintada en sus inicios como artista, época en la que no contaba con discípulos, ni ayudantes. A su vez, es bien sabido que Leonardo utilizaba frecuentemente sus manos como parte de su técnica pictórica, por lo que en muchos de sus cuadros aparecen sus huellas digitales.

Martin Kemp, especialista en la vida y obra de Da Vinci, ha rebautizado el pergamino con el nombre La Bella Principessa, ya que piensa que, por eliminación, la mujer del cuadro es Bianca Sforza, hija del duque de Milán Ludivico Sforza (1452-1508) y de su amante Bernardina de Corradis.

Lo más curioso de todo esto es que el actual dueño del cuadro, Peter Silverman, un coleccionista canadiense que reside en suiza, lo adquirió en 2007 por tan sólo 13.000 euros y, de confirmarse finalmente que la obra es de Da Vinci, y todo parece apuntar a ello, la pintura podría alcanzar un precio que superaría los 100 millones de euros. Si nuestro amigo Peter ya era bastante rico, pues aún lo sería más, esta claro que dinero llama a dinero.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Es muy notable la composición del retrato! Es característico de Da Vinci el estudio de la composición geométrica, el volumen, la profundidad, la perspectiva que logra, el color oro difuminado. Y la mirada del personaje... deja que hablar, es muy parecida a la de la Gioconda, transmite un gran enigma realmente. Genial! Tenía que ser Leonardo.
¡Saludos!

Alfredo